Los niños vienen contentos,
dicen: “Gracias por favor”
saben estar en silencio,
y tengo un grupo cantor.
Dentro habitan las hadas, 
en mi clase de marfil,
siempre están preparadas,
para ayudar y aplaudir.
Nos dirigen con sus notas,
negritas y soleadas,
no oigo una palabrota,
¡Gracias mis queridas hadas!
La música ha llegado 
con su varita de sol,
en sus alas ha pintado,
cien corcheas y un corazón.
Las letras siempre contentas 
para escribir cuentos nuevos,
por la noche los inventa 
y viaja en un velero.
Los sueños siempre soñando,
distraidos, dislocados,
pasa el tiempo volando
¡Mis niños tan delicados!
Un ratón y una rosa, 
un cerdito con un gallo,
una muñeca graciosa, 
un duende y un caballo.
Todas estas marionetas
viven juntas en el aula,
se suben en una avioneta 
y allí,  ¡Despliegan sus alas!







