jueves, 7 de octubre de 2010

EL SIETE DE OCTUBRE



                                                  La campana de la iglesia
toca en su campanario,
para la misa de fiesta
de la virgen del Rosario.

Las familias de mi pueblo
se visten de punta en blanco,
presumen por la calle Real,
la plaza y el puente del Tranco.

Madrugo cada mañana
pues no me quiero perder,
lo que entra en mi ventana,
el cielo comienza a arder.

Con nubes de bienvenida
rayitas deshilachadas,
luces azules naranjas,
la luna de madrugada.



 Y me preparo contenta
en mi cocina de cuento,
con un mandil de princesa,
guiso postres suculentos.

Tranquila estoy en mi porche,
pido ayuda a las musas,
que vienen a visitarme
con solo mover las alas.

Suena fuerte la campana,
con tono de procesión,
una alondra da palmadas,
siento una gran devoción.



Las letras ya se me escapan,
por mi lápiz amarillo,
quieren formar mil palabras,
para inundar mi librillo.

Cruza el Norte, Sur, Oeste,
canta el gallo...
y yo escribo en mi patio...
encarnado.