El día diecisiete de Octubre la Iglesia reconoció publicamente la santidad de la Madre Cándida, la hago presente en mi blog, colocando sus gafas que le ayudaron a ver el camino que Dios tenía asignado para ella.
Su pluma con la que escribió las Costituciones de la Congregación y muchas de las cartas a sus hijas y amigos.
Y el crucifijo con el que bendecía a las hermanas y ante el que pedía que fueran verdaderas Hijas de Jesús.
Su vida fue una entrega derramada en favor de sus hermanos.