Padre de los niños chicos,
ayúdame en este día,
quiero ser siempre muy bueno
y tener muchos amigos.
Que no me chille la "seño",
que no se enfade papá,
que haga siempre mis tareas,
que esté contenta mamá.
Te ofrezco mi vida entera,
llénala siempre de luz,
que sea como un farolillo,
brillándo en el cielo azul.
Padre de los niños chicos,
déjame así un día más,
que no crezca tan deprisa,
para jugar y rezar.
Esta poesía es para las madres y maestras, que quieran enseñar a rezar a sus hijos.
Es la primera que escribo por esta "ventanita", espero que os guste. Un abrazo para mis
seguidores. Rosario
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