¡Pero que suerte tengo! ¡No me esperaba esto jamás!
Me ha llamado por teléfono y quiere conocerme…
¿Es posible?
Al principio: risas, nervios, carcajadas, no sabía qué decir…
Pero oigo a Rosa, directa, franca y de frente, me dice que quiere venir a mi casa a ver estos parajes, estas playas, darse un bañico y… ¡A comer con nosotros!
¡¡¡BIEN!!!
No me asusto por la idea de la comida que llevo muchos años en esto y no lo hago del todo mal, pero empiezo con las dudas…
¿Les gustará el gazpacho?
( Siempre me sale de rechupete y es un éxito)
Pues a preguntarle y en paz.
Me contesta que a Javier, su marido, no le sienta bien el pepino, .
¿Y ahora qué les pongo? Tengo muchas opciones, pero no funciona bien el horno y no tengo mi libro de recetas…
¿Pues qué hago?
Ella que es simpatiquísima dice que se conforma con uno de esos pollos con patatas que se compran para llevar.
¡Ni hablar!
¡No me gusta ese menú, que no he comprado todavía el primero! ¡Menuda soy yo! ¿A donde iría mi fama de buena cocinera?
Pues después de unos días de pensar, excluyendo siempre el pepino, lo tengo pensado y me pongo con las manos en la masa.
Mañana daré los últimos  retoques: chispita de sal, pimienta, aceite, de oliva claro, tomatito y...  “ pan pa mojar”.
Espero que lo pasemos bien y nos riamos mucho.

La conozco por sus fotografías, he oído su voz y he leído alguno de sus libros… ¡Y soy su amiga bloguera!, pero no la he visto en persona.
 Sé que su voz es tranquila, dulce y cariñosa.
Me la imagino, sonriente, habladora, optimista, muy inteligente…
 Estoy impaciente e ilusionada por conocerla y tengo ganas de que nuestra cita sea Inolvidable, aquí junto al mar y cerca del Arrecife de las Sirenas.

¡GRACIAS ROSA, NOS VEMOS MAÑANA!