Magdalena en su sueño:
Forraba tocados de flores silvestres,
pintaba castillos, princesas y duendes,
bordaba encajes, lazos, papeles,
jugaba a las tiendas, con muchos pinceles.
Su piel sonrosada, tan llena de gracia,
rebosa de niñez, de inocencia e infancia.
Sus oidos atentos a la brisa del mar,
en su cuello el perfume a lima y coral.
Brillo en los párpados, estrellas sus trenzas,
en sus cejas descanso, expresión de una reina
su frente generosa, inteligente, asombrada...
Luz es su Alma:
Mi primera perla,
mi primera lágrima,
mi primera historía,
mi primera esperanza,
mi primer suspiro...
Mi hija mayor, Magdalena.
Hola cielo que bella pintura quedo preciosa
ResponderEliminaracompañada de ese lindo poema
un beso
Preciosa niña, precioso retrato y precioso poema salido desde lo mas porfundo del alma.
ResponderEliminarUn besito
Que poema más bonito, Rosario, me has emocionado. Y el retrato de tu hija muestra la gran pintora que es Menchu. Felicidades.
ResponderEliminarBesos.
Precioso y emocionado poema.
ResponderEliminarMi enhorabuena a tu hermana, su pintura es realmente buena, sus colores cálidos y la delicadeza de sus trazos han plasmado toda la ternura del momento
Besos
Tienes una hija preciosa y tu hermana ha sabido retrararla de maravilla.
ResponderEliminarMe encanta la nitidez del cuadro y el realismo que proyecta. Además de dar mucha calidez a una imagen que de por si ya lo es.
Felicidades a ambas.
Un abrazo.